Pronunciamiento de @CENTROMORO en relación a las últimas declaraciones realizadas por el Cardenal Obispo de Lima S.E.R. Carlos Castillo Mattasoglio
«¿Adónde huía yo de tu presencia? En realidad, al huir de ti, huía de mi propia luz, y me convertía en tinieblas para mí mismo. No podía ocultarme de ti, pero podía dejar de verte a ti.» (Confesiones, Libro V, cap. 2,2)
Nuevamente, con mucha tristeza y dolor, debemos pronunciarnos por las imprudentes declaraciones del Señor Cardenal y Obispo de Lima. El @Centromoro lamenta transmitir al pueblo católico su tristeza por las recientes declaraciones en las que el Obispo incurre en apología al vandalismo. No es edificante que la máxima autoridad de la Iglesia limeña elogie la destrucción de bienes públicos y privados, ni tampoco que aplauda a quienes aplican la violencia, y dañan el cuerpo y salud de los policías que resguardan el orden público.
Nos entristece que el Sr. Obispo diga que no puede haber una posición católica frente a las próximas elecciones, cuando lo cierto es que es deber de los católicos no votar por aquellos partidos políticos y por cualquier político que promuevan el aborto, el matrimonio homosexual, la eutanasia, la ideología de género, y el comunismo como política económica.
Nos aflige que el Sr. Obispo diga que lo que prima es la conciencia del bien, pero no explica ¿qué se debe entender por bien? Dejando de ilustrar al pueblo fiel de Lima. Desaprovechando evangelizar predicando la restauración del Reino de Cristo en la tierra.
Nos apena con que haya dicho que lo que vale es la conciencia de cada uno; sin embargo, eso no es correcto, por cuanto lo que vale es la recta conciencia, la conciencia de quienes practican la verdadera fe y no la conciencia de aquellos que promueven ideologías egoístas que promueven la lucha de clases y el odio de uno contra otros, como lo es la ideología de género que intenta ingresar en las escuelas de nuestros niños y sobre la cual no dice nada.
Dice el Obispo que debemos dejar tranquilo a Dios. Aquí le replicamos que a Dios no lo podemos dejar tranquilo, porque se ofrece en ayudarnos como sus hijos. Aunque Dios, también, espera y exige consecuencia. Para que en cada uno de nosotros surja el rechazo al pecado y el deseo de llevar una vida recta. De esta realidad sobrenatural, brotará en el orden natural la paz, la seguridad y la prosperidad, por supuesto siempre con limitaciones e imperfecciones de este mundo.
Finalmente, como verdaderos y fieles hijos suyos, prometemos y ofrecemos nuestras oraciones para que Dios Nuestro Señor y su madre María Santísimo lo iluminen y le hagan recordar la dulce misión del pastor.
El Consejo Directivo

